Crear la primera fuente es lo más difícil, porque el diseñador aún no conoce todos los detalles del desarrollo y no tiene suficiente conocimiento ni experiencia. Cuando se desarrolla un tipo de letra por primera vez, hay que aprender mucho en el proceso, transfiriendo conocimientos teóricos sobre diseño tipográfico a la práctica, algo que siempre es difícil.
Sin embargo, el camino del especialista tipográfico comienza con el primer tipo de letra. Para convertirse en un diseñador experimentado, debe crear la primera fuente, luego la segunda, la tercera y, al mismo tiempo, aprender qué deficiencias de las primeras etapas deben corregirse.
Más tarde, cuando el especialista adquiera experiencia, los primeros trabajos le parecerán incorrectos, ingenuos y, sin embargo, evocarán una cálida nostalgia, porque allí comenzó el camino profesional.
En este artículo, te contaremos cómo empezar a desarrollar su primer tipo de fuente, qué programas necesitarás para el trabajo y a qué debes prestar más atención.
Preparación teórica
Antes de que comences el trabajo real, conoce la teoría. Este camino es similar al enfoque universitario: primero una conferencia, luego la aplicación práctica en seminarios. Sin embargo, esta no es una regla estricta, porque es más fácil para alguien adquirir conocimientos en el proceso, asumiendo el trabajo de inmediato y estudiando cuestiones específicas que surgen durante la creación. Elige el camino que más te convenga. Entre los recursos que te ayudarán a crear una fuente, también puedes elegir los que más te convengan.
Recomendamos centrarse en diferentes fuentes: libros, portales de Internet y retransmisiones de especialistas.
Aquí están los libros que debe tener en su escritorio:
- Designing Type, libro de Karen Cheng;
- Trucos tipográficos: su guía personal para el diseño tipográfico, libro de Sofie Beier;
- Diseño de fuentes: introducción al diseño tipográfico profesional, libro de Thames y Hudson;
- Cómo crear tipos de letra. Del boceto a la pantalla, libro de Cristóbal Henestrosa, Laura Meseguer, José Scaglione.
También vale la pena seguir a los diseñadores tipográficos en las redes sociales, especialmente si realizan transmisiones en vivo y dan tips sobre cómo crear tipos de letra. Por ejemplo, el estudio TypeType hace transmisiones todos los meses sobre el tema del diseño tipográfico.
Cuantas más fuentes diferentes encuentres en las etapas iniciales, mejor. Posteriormente podrás ordenarlos y conservar los más favoritos y útiles.
Pasos para crear tu propia fuente
Ya que estás armado con conocimientos y listo para ponerse a trabajar, necesitarás equipo, es decir, un portátil o una computadora, un programa adecuado y el deseo de crear la fuente más bella del mundo.
1. Comienza estableciendo la tarea y determinando la composición, el estilo y el carácter de la fuente. Para los primeros tipos de letra es mejor elegir la composición mínima de caracteres. Responde a estas preguntas, puedes hacerlo en el bloc de notas o en un editor de texto:
qué fuente estás creando: grotesca, serif, slab;
dónde se puede utilizar tu fuente: en el sitio web, en materiales impresos, para escaparates;
cuál es la ubicación de la fuente: una tipografía ultramoderna para proyectos elegantes o una fuente clásica con un carácter estricto, que hace referencia a una época histórica específica o es adecuada para una determinada tendencia;
en qué tamaño y dónde se utilizará la fuente: para títulos o en una app, en carteles o solo en sitios web.
2. Establece plazos. Incluso si estás diseñando un tipo de letra para uso personal, puede resultar útil adquirir el hábito de trabajar teniendo en cuenta los plazos.
3. Realiza una investigación. En esta etapa, vale la pena seleccionar de 3 a 10 tipos de letra que se acerquen a lo que planeas desarrollar. Por supuesto, no debes copiarlos en tu proyecto, pero es útil estudiar las características gráficas, tamaños y otros parámetros de la fuente para comprender la lógica de la construcción.
4. Decide sobre la cantidad de caracteres. Esto debe hacerse en la primera etapa, pero esta vez debes resaltar en detalle todos los signos que planeas dibujar. Puede ser un idioma, por ejemplo, latín básico, números y un conjunto de puntuación.
5. Trabajar con bocetos.
Bocetos
Cuando ya hayas realizado la investigación y se tengas una idea para la futura fuente, comienza a dibujar.
Puedes utilizar un lápiz y una hoja de papel, tinta y un pincel o un editor gráfico para ello.
El propósito del boceto es determinar las formas visuales de la fuente.
Al principio puedes dibujar algunos caracteres para delinear las formas generales de la fuente. Una vez el estilo y las formas básicas estén listos, continúa trabajando en letras específicas.
Recurre a bocetos cuando no puedes decidir la forma de un glifo. Por ejemplo, elige entre dos opciones para la letra “a”. Dibuja varias formas y elige la correcta mediante el dibujo.
Dibujando los caracteres
Cuando termines todos los pasos anteriores, procede a crear un tipo de letra en un editor de fuentes. Recuerda que una fuente no son letras individuales, sino un sistema de símbolos unidos por una idea y un carácter común. Las soluciones gráficas que componen el estilo de fuente deben ser lógicas y repetidas en varios caracteres.
En esta etapa debes dibujar todos los caracteres de la fuente: latín o cirílico, puntuación, signos de monedas, fracciones y símbolos adicionales. Como mencionamos anteriormente, comienza con una composición simple y básica para terminar la fuente dentro del plazo planeado, ganar experiencia y sentir la alegría de completar el proyecto. En proyectos posteriores podrás ampliar la variedad de caracteres.
Una fuente puede tener varios estilos, incluidos los rectos y los oblicuos. Comience con uno, por ejemplo, Regular o Medium, el más común y utilizado.
Cuando esté lista la varidad de caracteres, comienza a espaciar. En esta etapa a todas las letras se les asignan los valores correctos para los semiespacios izquierdo y derecho, en otras palabras, se trabaja con la distancia entre caracteres.
Parte técnica
Una fuente no es solo un cuadro de caracteres dibujados, es un producto que se puede utilizar en programas.
Después de la parte de diseño, viene la etapa técnica. Es allì cuando se determina qué tan correctamente funcionarán los tipos de letra creados. Para tu primera fuente puedes asociarte con una persona con más experiencia que pueda ayudarte con la parte técnica del trabajo.
Esta etapa consta de tres: mastering, kerning y hinting TrueType.
La masterización o mastering es la verificación y edición de contornos, componentes, signos diacríticos y otros elementos de una fuente. En esta etapa se crean las funciones OpenType y se completa la metainformación dentro de la fuente.
El kerning es un proceso en el que se perfecciona el espaciado entre letras. En pocas palabras, corrige las áreas donde hay demasiado espacio en blanco entre las letras. Esta etapa ocurre después de que se completa el espaciado.
Hinting es un marcado visual de fuentes para la visualización correcta de tamaños de puntos pequeños en varios sistemas operativos.
Herramientas y programas para crear fuentes.
Existen muchos programas para trabajar con fuentes. Estos son los que suelen utilizar los diseñadores tipográficos:
- Glifos;
- Fontlab;
- Robofont;
- FontForge;
- Fontographer.
Quizás de esta lista se puedan destacar Glyphs y Fontlab, ya que la mayoría de los especialistas los utilizan. Esto se debe a la comodidad de la interfaz, variedad de herramientas y adaptabilidad al usuario. El estudio TypeType prefiere Glyphs, aunque el trabajo del estudio anteriormente se realizaba en Fontlab.
Recomendamos familiarizarte con 2-3 programas diferentes, estudiar su funcionalidad y comprender qué trabajo te resulta más cómodo. Muchos programas ofrecen un período de prueba, por lo que no requerirán muchos recursos.
En el futuro deberás elegir un programa y trabajar en él, ganando experiencia y mejorando tus habilidades de diseño tipográfico.
Conclusión
Crear tu primer tipo de letra puede causar miedo a lo desconocido, porque muchos principiantes sienten que no lo van a lograr y que es muy difícil.
Decídete por la primera fuente, porque en el futuro será la que recordarás con cálida nostalgia. Comete errores, experimenta, crea tipos de letra imperfectos y cámbialos; con el tiempo comprenderás en qué dirección continuar.